martes, 26 de mayo de 2009

Mariela Carreón.

Sarcófago es un recipiente, elaborado en diversos materiales, destinado a contener a un cadáver.
_Wikipedia



Cuando mi almohada me preguntó cómo era aquella mujer yo le contesté:

Una colección de incertidumbres, una polución anacrónica de ideales, una rosa que no viste de seda en noches de luna llena, unos labios que besan con sabor a frambuesa.

A pesar de tener el cajón lleno de ego, siempre encontramos un rincón en dónde guardarlo al menos por un momento.

Enfermos de interrogaciones caemos en la cuenta de nuestras propias alusiones.

Siempre con una duda de por medio.

Sumidos en la atorrancia aventurera, velando los sueños que no tenemos en común y buscando un poco de fuego para quemarnos en nuestras propias palabras, habremos de buscar siempre un motivo de guerra para disfrazar lo que no podemos invocar.

Cuando mi almohada me preguntó el por qué, yo le contesté:

No lo sé.

Tengo una admiración cotilla por cada una de esas madrugadas de agrestes telepatías. Sacando en bultos ocultos el amor intermitente por la escotilla de nuestro barco sin remitente.

Ella tiene un baúl rancio donde guarda sus recuerdos.

Sabe aludir a las sonrisas con la mirada cetrina. A veces me llama minutos antes de la madrugada para hablarme de las tarántulas y las canciones de cuna para los niños cuerdos.

Siempre tenemos latidos turbios.

¿Y qué más da si mañana es tan indiferente?

Si nuestro camino es tan demente.

Ella tiene pintado mi nombre en sus labios.

En ese sarcófago de huesos voy a guardar mi cadáver de sueños.







Este es el escrito que te envié ese ayer.
Saludos Z.


D.

1 comentario:

M.Carreón dijo...

Gracias infinitas, Don D.