Mi acérrimo enemigo, mi eterno detractor, amigo íntimo y calavera en el rock n roll.
Al que sueña con las manos y despierta sus pasiones en un papel que se sabe desnudar frente a Él.
El único amigo ególatra que supera y logra en actos lo que su fanfarronería predica.
En lunes debut y despedida de la razón liquidándola con alcohol de bisutería.
Cotillas de madrugada, rock n roll entre paredes pintadas, conciertos, desconciertos, requilias, Pink Floyd y Beatles con marihuana.
En noches desiertas de silencio en bares o pleitos por Belinda, 20 kilos ó tras las rejas después de una fiesta callejera.
En la cumbre de la bribonería, la atorrancia y la materia innoble de la fanfarronería siempre tuvimos un lugar reservado con coctel de bienvenida.
Ahora, señor responsable, padre y esposo que colgó su traje de truhán detrás de sus botas de vago y calavera.
Ya estoy en edad de ver caer uno a uno a mis amigos en la extremaunción de la bohemia, rechazar la alcoholemia y resumir las aventuras en pandilla.
Pero aún nos queda nicotina por reventar y pasos por desperdiciar en el lomo de la noche.
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